23 de marzo de 2016

Reflexiones (meteorológicas) en Semana Santa

En mi anterior entrada del blog publicada el pasado día 18, hacía referencia a los posibles escenarios que podían presentarse para la segunda mitad de la Semana Santa y escribía ésto:

Por tanto, parecen dibujarse tres escenarios básicos a partir del miércoles. Uno es el "defendido" por el modelo operativo del Centro Europeo que se basaría en la entrada de una nueva dana por el nordeste con un incremento de la inestabilidad al menos en el centro y mitad oriental peninsular. Otro, que sería el defendido seguramente por algunos miembros  o escenarios del sistema probabilístico y el GFS que conduciría a la no formación de esa dana y a una entrada de la dorsal sobre la Península con vientos del norte y estabilización generalizada. Y el tercero, seguramente el menos probable, pero que debe vigilarse algo sería la formación  de una nueva dana en el golfo de Cádiz. 

Al final ha resultado una evolución que tiene de algún modo elementos de esos tres escenarios. Veámoslo en el análisis de 500 hPa de la pasada noche (23 de marzo a las 00 UTC) y en el mismo mapa previsto para la próxima madrugada (24 de marzo a las 00 UTC).



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Como puede verse no ha entrado una nueva dana por el nordeste, aunque la vaguada que atraviesa Alemania (de la que debería haber provenido esa dana), se ha extendido algo más hacia el sur, si bien una vez sobrepasada la "zona peligrosa" para nosotros . Por otra parte, sí se forma una pequeña dana al oeste de la Península, pero discurre a toda velocidad hacia Marruecos. Y, por fín, se cumple la entrada de la gran dorsal atlántica sobre la Península inclinando su eje desde la dirección norte a sur hacia la  este a oeste. En este punto cabe reconocer el acierto del modelo operativo GPS norteamericano que apostó, un poco antes que el operativo del Centro Europeo, por esa evolución. Si el origen de ello es que el GPS es algo menos "activo" que el europeo, o que empieza a mejorar al disponer de mejores medios de cálculo, es algo difícil de saber con la información de que disponemos.


En cualquier caso, la dificultad que han experimentado los modelos estos días queda bien justificada -más allá de las típicas del tiempo primaveral- por el importante cambio en la estructura de la circulación atmosférica que se produce entre hoy y mañana, en el marco de un reajuste hemisférico más general. Así, el Atlántico norte deja de estar dominado por la dorsal meridiana que ha estado presente durante muchas jornadas y en su lugar se establece una fuerte corriente zonal de vientos del oeste, como vemos en los mapas de los próximos días. 

De este modo, entre el lunes y el martes próximos, esa corriente afecta ya a buena parte de Europa occidental mientras que la estructura "en rombo" aparece ahora sobre Europa central y el mar Negro. El sistema probabilístico deja algunas dudas sobre la posición exacta e intensidad de algunas zonas del chorro pero apoya la evolución general.



                       

Un día después, en la madrugada del martes 29, vemos que la circulación de ponientes nos afecta de lleno con borrascas y frentes asociados que podrían dejar lluvias de primavera en toda la vertiente atlántica. El enfoque probabilístico vuelve a presentar algunas dudas en relación con un mayor o menor desplazamiento del chorro hacia el sur, pero no parece marcar otras alternativas significativas.



                       

Estando como estamos en primavera, no es oportuno avanzar más días, pero los mapas apuntan a una continuación de los ponientes algunas jornadas más y a una posible formación posterior de una dana aunque, como es lógico, con bastantes dudas, en su caso, sobre su hipotética ubicación. Esperemos que, de formarse, evolucionara de tal manera que diera lugar a un buen temporal de lluvia en las zonas mediterráneas.


En fin, por ahora, Semana Santa resuelta (meteorológicamente hablando) y con la tranquilidad que, al menos durante el Jueves y Viernes Santos, las cofradías no van a tener que estar continuamente consultado predicciones e imágenes de radar. En relación con ello, estos días se han escuchado muchas críticas a las predicciones horarias difundidas por distintos portales de Internet. Cabe decir en su descarga que los modelos en que están basadas no tienen la posibilidad de resolver explícitamente la lluvia y menos aún con la precisión espacial y temporal que se les exige ni de ofrecer probabilidades adecuadas. Sólo la vigilancia por radar y las extrapolaciones a muy corto plazo hechas por meteorólogos expertos pueden ayudar en este tipo de situaciones.  Una mejora significativa sólo vendrá de la mano de los nuevos modelos probabilísticos no hidrostáticos para corto y muy corto plazo. Espero que la disponibilidad pública de sus resultados no se haga esperar mucho tiempo.

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